Paraíso gastronómico
La cocina del área de la costa granadina se puede definir como mediterránea, sin embargo tiene algunas peculiaridades que merece la pena observar. La gastronomía de esta comarca está marcada tremendamente por un clima extraordinario, por curioso, que propicia que se cultiven en esta zona especies exóticas que no podrían sobrevivir en ningún otro lugar de Europa. La mezcla de días soleados con la humedad y suavidad de las brisas marinas y el entorno montañoso crean un auténtico vergel tropical. En muchos casos hablamos de frutas, como las chirimoyas, los mangos, los aguacates, las papayas, los lichis, las guayabas, y otras especies de la vega (la llanura cultivable), como puede ser la caña de azúcar.
Además la siguiente influencia más inmediata es la del mar. La pesca ha sido una actividad muy importante en todos los sentidos en todo el litoral granadino, y muchos de los platos más típicos tienen como ingrediente principal diferentes formas de pescado: frito, a la plancha, en espetos, al horno, ¡de cualquier forma! Ya en época fenicia se fabricaban cerca de Almuñécar conservas y salazones de pescado, que luego viajaban por todo el Mediterráneo.
Por último cabría incluir también una tercera clase de productos que son más propios de las sierras costeras, como la carne de cordero o cabrito, la miel, el queso, las almendras, el aceite de oliva y la repostería con reminiscencias árabes.
La Cultura de la Tapa
En toda la Costa Tropical existe una cultura de la tapa un poco diferente a la que podemos encontrar en otros lugares de Andalucía. Es habitual que en ciertos establecimientos las tapas cobran un protagonismo absoluto, de manera que podemos olvidarnos de pedir raciones o platos extra. Con cada ronda de bebidas nos servirán una tapa personalizada, que suele consistir en pequeños bocadillos, arroz, migas, pescaíto frito, quisquillas, pulpo, o algún otro plato típico de la zona.
Por supuesto que no faltan tampoco restaurantes para degustar las delicias locales a mesa y mantel puesto, con tranquilidad y a todo lujo. Algunos de los platos son tan sugerentes como estos: ensalada de langostinos con mango, mousse y tarta de chirimoya, arroz a banda, las “espichás”, el puchero de hinojos, la “salamandroña” (que incluye calabaza y sardinas) o el guiso llamado choto. Eso sin olvidar postres como la cazuela mohína, los pestiños o la torta real.
El Ron de Caña
Hubo un tiempo en el que la comarca de la vega de Motril y Salobreña fue el centro del cultivo de caña de azúcar de Europa, tras haber sido introducida ya en tiempo de dominio árabe. Durante la Edad Media el azúcar de caña era un producto caro y muy apreciado, y no se popularizó hasta después de la llegada de la Revolución Industrial. Aquella época pasó hace mucho pero quedan restos históricos y culturales que aún nos hacen recordar ese momento. A día de hoy sobreviven dos fabricantes de ron: Ron Montero, que produce el popular Ron Pálido, y la Bodega Ron El Mondero de Salobreña. Al contrario de lo que mucha gente puede pensar, es aquí donde se encuentra el origen del esta bebida, y no en el Caribe (donde fue Cristóbal Colón quien introdujo el cultivo de caña). El ron granadino es la forma perfecta de acabar una buena comida, ya sea solo o en combinado, además de ser un producto local y poco conocido en España, aunque muy apreciado por los catadores.
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