Visitar Salobreña
Salobreña es una localidad de la Costa Tropical, situada entre Almuñécar y Motril. En tiempos remotos el cerro en el que se sitúa su casco histórico era una isla costera, pero los aportes de tierra del río Guadalfeo lo han acabado enclavando en tierra firme.
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Se sabe que estuvo en manos fenicias, cartaginesas y romanas, y durante la época musulmana de la península su castillo fue una fortaleza y cárcel importante, en la que estuvieron presos varios monarcas nazaríes.
La economía de Salobreña ha estado muy ligada siempre al cultivo de caña de azúcar, y no se empieza a desarrollar turísticamente hasta los años 60, cuando llega la construcción de hoteles y zonas residenciales de veraneo.
Qué ver en Salobreña
El casco antiguo puede considerarse en sí mismo un monumento, con sus callejuelas empinadas y estrechas, y sus casas encaladas adornadas con macetas. La herencia árabe es claramente palpable y al llegar arriba tendremos la recompensa de unas preciosas vistas de la comarca. Aquí se encuentran los rincones con más encanto, como el curioso pasaje llamado La Bóveda, del siglo XVI.
Castillo de Salobreña. Es el monumento más importante de la localidad y se puede fechar su origen al menos en el siglo X. Fue residencia de verano de los reyes moros de Granada y más tarde Prisión Real. Conservó su importancia militar hasta el siglo XVIII pero a partir de entonces cayó en un estado de decadencia y abandono del que sólo se ha recuperado recientemente. Domina una gran superficie de vega cultivable y desde sus torres y almenas se pueden disfrutar de unas vistas increíbles del mar y de Sierra Nevada.
Iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Como suele ser habitual en esta comarca, la iglesia principal se edifica sobre los restos de una antigua mezquita. En este caso fue construida en el siglo XVI en estilo mudéjar, es decir, aplicando las tradiciones constructivas musulmanas en este caso a un edificio cristiano.
Museo Histórico Villa de Salobreña. Está situado en el antiguo ayuntamiento y hace un recorrido por toda la historia desde los primeros pobladores de la zona en el neolítico hasta la villa moderna. Podemos ver materiales de la Edad del Cobre y del Bronce, además de restos pertenecientes a los colonizadores fenicios, púnicos y romanos.
Miradores. Los dos más conocidos son los del Albaicín (comparte nombre con el famoso barrio granadino) y el del Postigo, sobre la zona norte del pueblo.
Playa de la Guardia. Es una playa semiurbana, de ocupación media según tramos, con arena negra, gruesa, y aguas tranquilas. Está separada de otra playa cien por cien urbana, la de la Charca, por un peñón. Es una playa extensa que se extiende hasta la cercana pedanía de La Caleta, rodeada de un entorno rural, sin apenas urbanizaciones, y con buenas vistas del casco histórico de Salobreña desde abajo.
Playa de la Charca y Peñón. También llamada Salomar. Es la zona más moderna y urbanizada. Se extiende a lo largo de un paseo marítimo de casi dos kilómetros, cuenta con fáciles accesos y todos los servicios necesarios, por lo que ha sido galardonada con la Q de Calidad Turística en 2015. Es una playa concurrida y familiar, donde probar los cásicos espetos de sardina, alquilar una hamaca, un hidropedal, o refugiarnos en el chiringuito más cercano. El Peñón es un lugar especial y emblemático por cómo condiciona el paisaje costero. Desde su cumbre los jóvenes realizan peligrosos saltos acrobáticos al agua, lo cual es tema de debate y preocupación habitual en los tranquilos veranos de Salobreña.
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